En la televisión autonómica de Castilla y León existe un programa que se llama Me Vuelvo al Pueblo. Allí, una simpática periodista junto a un cámara se recorren pueblos de la Comunidad en busca de hombres y mujeres que, después de estar fuera de su tierra, deciden un buen día volver al pueblo. Un bonito programa, además de divertido, en el que vas conociendo los distintos lugares de la región pero donde también te da tiempo para analizar la situación que estamos viviendo.
Y es que, la famosa España vaciada, de esa que tanto hablan los políticos y se les llena la boca, está más presente que nunca. Ves como se hacen programas en pueblos de menos de cien habitantes y que apenas tienen futuro. Porque es muy bonito dejar el ruido, el estrés y la contaminación de las grandes ciudades para irte a la naturaleza, la tranquilidad y el aire puro de un pueblo. Supongo que eso todos lo queremos, pero a la hora de la verdad, hay que analizar más cosas, como me pasó en mi caso.
Reforma del hogar
Mi ejemplo es muy claro. Yo he sido una de esas personas que se planteó volver al pueblo. En mi caso mi pueblo es Pozaldez, en Valladolid, y cuenta con cerca de 200 habitantes. Yo lo llegué a conocer con más de 1.000 personas en la época de los años 80. Allí nací yo, pero cuando cumplió los 25 años decidí irme a vivir a Madrid por motivos laborales. Ahora, ya jubilado decidí dar el paso de volver al pueblo. Lo primero que hice fue recuperar la casa de mis padres. Como es lógico, necesitó de bastantes reformas. Así que tuve que llamar a una empresa de reformas. En este caso Cubiertas Estévez me dejó bien claro, que esas obras de rehabilitación de tejados en pueblos, muchas veces salen más caras que comprar un solar nuevo. Aunque en este claro, el lado emocional de tener la casa de mis padres, ya fallecidos, no podía pagarse con dinero.
La soledad
Y una vez que hice la rehabilitación de la casa, me di cuenta que volverse al pueblo está muy bien, pero tiene muchos problemas. En el programa sale el típico bar en el que quedan todos los paisanos, o como se lo pasan durante las fiestas. ¿Pero el resto? Ya os digo que no es fácil vivir en un pueblo de 200 habitantes en invierno. He tenido días, recuerdo por ejemplo con Filomena, que no he visto a mis vecinos en varios días. Así que pasas de estar rodeado de gente en la ciudad a la soledad.
Falta de servicios básicos
Pero el problema más gordo que me encontré fue el de la Sanidad. Yo ahora mismo ya tengo mis achaques y lo que quiero saber es si puedo estar tranquilo de vivir en el mundo rural. Pues no. En mi caso no no hay servicio médico durante toda la semana, si quieres algo te tienes que acercar al pueblo más cercano que está a 10 kilómetros, por lo tanto ya necesitas coche. Pero claro, y si es una urgencia.
Y luego está claro que en un pueblo no tienes otros servicios básicos. Faltan lugares de alimentación, en mi caso solo hay uno, y claro si quieres alguna cosa que se te ha olvidado, lo pagas a un buen precio. Algo que en el supermercado de la ciudad puede estar a la mitad de dinero.
A mi edad ya no pienso en tener familia. Es uno de los principales problemas que he tenido en mi vida. Cuando me fui de Pozaldez a Madrid metí todos los huevos en la cesta del mundo laboral, y cuando me quise dar cuenta, se me había pasado el tiempo de buscar mujer y tener una familia. Es de algo que me arrepiento. De esta manera pienso que si tuviera hijos, no tendrían servicio de colegio, tampoco de Universidad. Es señalar su futuro con algo que si vivieran en la ciudad tendrían sin problemas.
Por eso, está claro que volverse al pueblo es lo más maravilloso que puede haber. Los paseos al atardecer en verano respirando aire puro es algo que tendría que ser recetado por el médico. Pero también es cierto que cuando tenemos problemas, cuando tenemos que cubrir algunas necesidades básicas, el mundo rural está alejado de todo. Nadie piensa en él. Se piensan que por llevar la banda ancha está todo solucionado. Y para vivir en el pueblo, necesitas al menos, formas para poder vivir. ¿No crees?