Este concepto tan ligado a la salud mental, es la base de una buena relación personal con uno mismo y con su entorno. Gozar de una buena autoestima es indispensable para poder afrontar la vida y sus incertidumbres de forma saludable y empírica.
Entendiendo la autoestima, como la creencia o percepción subjetiva que tenemos de nosotros mismos, los pensamientos y evaluaciones a las que nos sometemos de forma continua, influyen directamente en nuestra actitud ante la vida.
Los primeros en juzgarnos somos nosotros y en ese juicio, podemos minar nuestra propia autoestima o construirla de forma saludable. Es un error creer que una buena autoestima se logra con cada evaluación positiva sobre nuestras acciones. Lo cierto es que lo mejor es tomar conciencia de nuestro propio autoconcepto. Valorar lo que pensamos que somos o como nos sentimos de la forma más objetiva posible para establecer una relación sana y positiva con nosotros mismos. Aprender de los errores sin bajar la autoestima es un claro ejemplo de como debemos relacionarnos con nosotros mismos.
Tomar conciencia de que la autoestima debe trabajarse día a día y entender que es fácilmente moldeable, es un factor que puede ayudar fortalecer la misma. Muchas de las personas que sufren de baja autoestima, ni siquiera son conscientes de que es así. Aceptan su derrotismo de manera tal que, en numerosas ocasiones, la baja autoestima deriva en importantes trastornos mentales como la ansiedad o la depresión.
Charlando con los profesionales de PSI hemos ahondado un poco en algunos de los síntomas o pensamientos que pueden indicar que se sufre de baja autoestima. Determinando estos factores, se puede empezar a trabajar con ellos para que la autoestima, suba al lugar que le corresponde.
Indicios de baja autoestima
No hace falta decir que por tomar conciencia de padecer alguno de los síntomas que vamos a mencionar a continuación, se sufra de una baja autoestima cronificada. Inevitablemente, todos podemos sentir alguno de ellos en un momento concreto. Lo importante es reconocerlo, asumirlo y trabajar ese aspecto. En los casos de quienes cuenten con una larga lista de ellos, deberá tener en cuenta que su autoestima no es una buena compañera y habrá que levantarla.
La falta de seguridad en uno mismo o misma, de forma puntual podemos sentir inseguridad ante un hecho o situación concreta. Sin embargo, cuando dudamos de todo, hay que fortalecer la autoestima.
Esa incapacidad que podemos sentir a la hora de expresar nuestras opiniones por miedo al rechazo, o por creer que no tienen valor para los demás, es un claro indicador de no tener una buena autoestima.
Sentir que no se merecen cosas buenas en la vida o no esforzarse por lograr un objetivo por creer de antemano que no lo vas alcanzar, son sinónimos de autoestima en horas bajas.
La necesidad de aprobación constante sobre lo que se hace o el dejarse pisar por los demás por temor a que te dejen de lado o no aprueben lo que haces, dices o piensas.
Creer equivocadamente que los demás son superiores y, por si no fuera poco, querer igualarse a ellos, señalan falta de autoestima, además de personalidad débil.
Atribuir tus éxitos a los factores externos y no a tus capacidades, así como asumir que tus fracasos son únicamente tuyos, aunque seas consciente de que no es así, viene fomentado por la baja autoestima.
Infelicidad, insatisfacción, pensar que haga lo que haga el resultado será malo, no ser capaz de tomar decisiones y dejar que otros lo hagan por ti, entre otros sentimientos negativos hacia la propia persona, son claros indicadores de sufrir de baja autoestima.
Como decíamos anteriormente, sentirse de esta manera de forma puntual, es natural y no debe revestir importancia. El problema, se encuentra en tener este tipo de sentimientos negativos hacia nosotros mismos, de manera recurrente y constante. Sentirse poca cosa, por decirlo de un modo más coloquial, en muchas ocasiones, termina desembocando en problemas más graves.
Todos somos tan validos como puede serlo cualquiera. Valorarse más es una de las claves para fortalecer la autoestima. Aceptar nuestras debilidades y trabajar en ellas para fortalecerlas a la vez que reconocemos nuestras fortalezas para explotarlas, debe ser una constante.
Cómo podemos mejorar la autoestima
Fortalecer la autoestima y aprender a quererse y valorarse más, no tiene porque ser una quimera. Al contrario, se trata de un trabajo constante con un objetivo claro cuyos resultados, se hacen visibles si te lo propones. Con ayuda y un poco de esfuerzo si es necesario, el camino será más fácil. Lo importante es aprender, aprender a quererse.
Para empezar, una persona que siente que todo lo hace mal o que no tiene ningún valor que aportar a la sociedad (o su entorno inmediato), tiene que dejar de atacarse. La perfección no existe. Todos tenemos cosas buenas que aportar y cosas malas que corregir. La diferencia entre los que tienen baja autoestima y buen, es la aceptación. Hay que aceptar lo que somos y aprender de los errores para corregirlos, del mismo modo que hay que valorar lo que hacemos bien en su medida. No se trata de sobrevalorar ni infravalorar.
Pensar en positivo y dar un giro a los propios pensamientos y la forma de pensar que tenemos. El topicazo de pensar “no puedo”, “no soy capaz”, te hará sentir que no puedes ni eres capaz de modo tal que te llevará al fracaso. En lugar de pensar que no puedes, piensa que vas a intentarlo, que saldrá bien, etc. Habrá ocasiones en que no puedas lograr tu objetivo, analizar los porques en lugar de pensar que es tu culpa, te ayudará a hacerlo mejor la próxima vez. Persevera y vencerás que decía el dicho.
Para alcanzar una meta u objetivo, este debe ser acorde a tus capacidades. No se puede pretender correr una maratón si no has corrido nunca ninguna. Tienes que entrenar e ir poco a poco hasta ser capaz de correrla entera. Puedes hacerlo, pero tendrás que trabajar en ello. Objetivos y metas realistas son fundamentales para fortalecer la autoestima. Si tus metas son imposibles, fracasarás, obviamente. Ponerse retos alcanzables e incrementarlos a medida que aumenten nuestras capacidades es la mejor manera de avanzar.
Evitar las comparaciones. Cada persona es un mundo y cada mundo, tiene sus particularidades. Compararse con los demás no tiene demasiado sentido, se tiende a idealizar a otros en detrimento propio. Emitir ese tipo de juicios no es saludable. Lo que para otros puede resultar muy fácil a lo mejor a ti te parece difícil, pero seguramente, muchas de las cosas que tu eres capaz de hacer sin pensar, otros ni se lo plantean. Valorarse a uno mismo sin compararse con los demás es otra parte del trabajo de autoestima.
La aceptación de lo que somos, de como somos y porque somos así. Perdonar nuestros errores o lo que creemos que es un error es fundamental. Mirar hacia nuestro interior y analizar esos aspectos ayudará a entender donde nos equivocamos y que todavía se puede volver a empezar. A veces, la baja autoestima viene por una mala decisión tomada o un error cometido en el pasado, conviene hacer las paces con uno mismo o misma.
Tomar tiempo para hacer las cosas que te satisfacen a ti y no a los demás. Quererte, tratarte bien a ti mismo o misma, sin dejar que los demás te traten de forma que no te guste y superar todos esos lastres con los que la vida nos va cargando. Todas estas tareas que se llevan a cabo día a día, ayudarán a fortalecer tus creencias sobre ti.
Gozar de una buena autoestima es muy importante para estar en paz con nosotros mismos. No dejar que nos la minen, no minarla nosotros mismos o mismas y por supuesto, equilibrarla. Un exceso de la misma, tampoco es saludable.