El bricolaje mola. Es como hacer manualidades nivel adulto. Con un poco de maña puedes redecorar tu hogar, hacer tus muebles, lo que quieras. A veces un pequeño cambio en la casa hace que esta parezca otra. Incluso con solo dar una mano de pintura a un mueble puede parecer que has redecorado y modernizado tu casa.
Normalmente damos mucha importancia a los muebles y el mobiliario al uso, pero olvidamos esas partes de la casa que formando parte del mobiliario y la decoración, como ya están ahí, ahí quedan. Ese es el caso por ejemplo de las manetas de las puertas. No les prestamos demasiada atención salvo que se atasquen o no funcione el pestillo.
Sin embargo hay un universo de manetas ahí fuera esperando que les des valor y las pongas en tus puertas. Y si las manillas no te gustan, puedes cambiarlas por una roseta. La función es la misma: abrir y cerrar puertas. De hecho a estas últimas se las conoce como manetas con roseta.
Tras consultar con el equipo de Manigrip, hemos descubierto un amplio abanico de posibilidades para poder decorar nuestras puertas y darles ese punto personal que nos gusta. Ya sabemos que manetas puedes encontrar en la ferretería, pero ¿nos paramos a observar los diseños? Deberíamos. Incluso comparar los distintos modelos y cambiarlos por los que mas nos gusten.
En el mercado podemos encontrar todo tipo de manillas para puertas, de diversos materiales e infinidad de diseños. Más clásicos o vanguardistas, para interior o para exterior, para campo o playa. Hay un abanico muy amplio.
La puerta tiene muchos mas componentes de los que somos conscientes. Mas allá de las manetas o bisagras que nombramos a menudo, aunque ahora nos centramos concretamente la parte que acciona la puerta para que se abra.
Manilla o roseta
En un supuesto, nos hemos decidido a cambiar por nuestra cuenta riesgo, las manetas de las puertas. ¿Por dónde empezamos? Por el principio, lógicamente: la elección de la maneta. Si nos gustan mas con manilla o con roseta, la forma, el modelo, el material, con o sin pestillo…
Hay que tener en cuenta que si cambiamos de manilla a roseta, habrá que hacer algún extra en la puerta ya que las medidas y colocación son diferentes. Lo más práctico es cambiar manilla por manilla o roseta por roseta. Eso nos ahorrará tiempo en la instalación. Además de que podemos aprovechar que ya están hechos los agujeros de los tornillos y acoplar en ese lugar la nueva maneta. Esta es la cuestión práctica pero si uno ya sabe a lo que se enfrenta y quiere hacer un cambio radical, ánimo.
Otro dato relevante es saber que vienen de dos en dos. Una para cada lado de la puerta.
Independientemente de que elijamos manetas de manilla o de roseta, lo que si es común en ambos es el picaporte. Sin picaporte no hay maneta que valga. El picaporte es lo que hace que la puerta quede cerrada. Que a veces nos liamos con los conceptos y llamamos pomo a la roseta y picaporte al pomo.
¿Cómo elegir el picaporte?
Básicamente teniendo en consideración el tipo de puerta donde vas a ponerla. Tienes que tener en cuenta la medida de la caja donde vas a colocarlo y comprarlo de esa medida para que encaje y no haya sorpresas.
Luego ya según el gusto personal de cada uno puedes elegir una de canto redondo o de canto liso. Otra decisión es si la quieres condenada o no, lo que viene a ser, con pestillo.
En muchas ocasiones, viene todo junto y preparado para su instalación. El par de manetas y su picaporte incluido. Solo tienes que quitar el que tienes y sustituirlo por el nuevo con un poco de habilidad. También puede pasar que el picaporte encaje con las nuevas manetas y ese caso se simplifica bastante la tarea.
La instalación si escogemos una con las mismas medidas y que encaje con el picaporte es sumamente fácil:
- Con el destornillador, desatornillas los tornillos. Y sacas la manilla.
- Una vez hecho esto, sacas el cuadradillo que las unes. Accionas el picaporte y lo lubricas para evitar que roce y chirrié más adelante.
- Coges la manilla nueva, compruebas que funciona correctamente y la atornillas.
- Introduces de nuevo el cuadradillo y colocas la otra manilla.
Ya tienes cambiadas las manillas de tu puerta.
Hacer un cambio que implique otro tipo de manillas conlleva algo más de dificultad, pero básicamente es lo mismo. Tener en cuenta las medidas y hacer que las piezas encajen como corresponda o atreverse a hacer una instalación completamente diferente.
¿Quién se anima a tunear sus puertas?