Consecuencias y soluciones de los dientes retenidos

Dentro del campo de la odontología, existen diversos problemas que se producen incluso antes, de que el diente haga su aparición estelar en las encías. Problemas de erupción dental que dificultan el natural proceso de desarrollo de la dentadura, son muy habituales en las clínicas odontológicas. Se trata de problemas de carácter leve que pueden verse agravados con el paso del tiempo si no se tratan como es debido. Hablamos en particular de los dientes retenidos o impactados. Aquellas piezas dentales que por la razón que sea, no son capaces de erupcionar de la forma adecuada.

Este tipo de fenómeno bucodental, supone un desafío para el correcto desarrollo de la boca y, por supuesto, la sonrisa y la mordida. En el campo de la odontología se trata de un tema bastante relevante, debido a que esos dientes que permanecen ocultos bajo la encía, no consiguen salir de forma natural como corresponde. Puede presentarse en personas de todas las edades aunque es más frecuente en niños, dado que es en la infancia cuando se produce el desarrollo natural.

Con objeto de comprender cuales pueden ser las consecuencias de este problema y como debe tratarse, hemos acudido a los expertos en odontología de Palma Medicodental que nos han contado todo que debemos saber al respecto. En este artículo, hablaremos de las causas que existen detrás de esa falta de erupción, los problemas en los que puede desembocar y los posibles tratamientos disponibles para el abordaje de esta condición dental.

Como ya hemos adelantado, los dientes retenidos, son los dientes que, aun estando presentes dentro de la estructura ósea que forma la mandíbula o el maxilar, no han conseguido emerger en la cavidad oral en su momento adecuado. A diferencia de los dientes incluidos que, pueden encontrarse bloqueados por un obstáculo físico o estructural, los dientes retenidos, sencillamente, no han sido capaces de emerger de forma natural y colocarse en su posición normal.

Razones para que un diente quede retenido

Las causas que producen la retención de los dientes, pueden ser diversas. No obstante, existen algunos factores comunes entre los que podemos destacar los siguientes:

  • La falta de espacio. Esta es una de las principales causas de que los dientes puedan quedar retenidos en la encía. Se produce cuando la boca no presenta el espacio necesario para permitir la correcta erupción de la pieza dental. Es muy habitual en casos como los terceros molares o muelas del juicio, debido a la capacidad de la mandíbula que es limitada.
  • Otra de las causas puede deberse a la posición incorrecta del diente. Este puede encontrarse incorrectamente ubicado en una posición anómala en el hueso, dificultando la erupción en la arcada.
  • La última causa posible, puede ser la obstrucción a consecuencia de otras piezas dentales o tejido óseo extra que produce un bloqueo en el camino de la pieza dental, evitando su erupción.

Los dientes retenidos pueden ser temporales (conocidos vulgarmente como dientes de leche) o formar parte de la dentición permanente y, pueden llegar a ocasionar problemas en la salud bucal de las personas que lo padecen. Dentro de las posibles complicaciones que pueden presentarse, se incluye el dolor, la inflamación, infecciones, dificultad para masticar, cambios en la alineación de la dentadura y un aumento del riesgo de que se produzcan otras enfermedades periodontales o caries.

Como consecuencia directa de un diente retenido, es posible padecer una serie de secuelas que afecten directamente a la salud bucal y, por consiguiente, a la general. Entre ellas, puede producirse un impacto en la oclusión o mordida del paciente, provocando problemas en la articulación temporomandibular y el consiguiente dolor de la mandíbula.

Respecto a otros problemas de salud oral, puede aumentarse el riesgo de que se produzcan infecciones, quistes e incluso, abscesos dentales. Así mismo, es muy probable que desemboque en el desplazamiento de otros dientes, al ejercer presión sobre las piezas adyacentes, desplazando las piezas y generando problemas de alineación. Sin olvidar el dolor que conlleva la presencia de un diente retenido, sobre todo cuando tratan de erupcionar de forma infructuosa.

Cuando se produce la retención de un diente en la encía, el odontólogo procederá utilizando alguno de los diversos tratamientos existentes. De esta manera, se evitan las posibles y nefastas consecuencias que pueden provocar. Los tratamientos de elección, son en la mayoría de los casos, la extracción del diente, para aliviar el dolor o la cirugía oral, cuando se trata de una retención con mayor complejidad que requiere de un abordaje quirúrgico para acceder al diente retenido y extraerlo.

Sin embargo, si algo caracteriza al campo de la odontología es la prevención. Para el caso de los dientes retenidos, aunque pueda sonar extraño por tratarse de una condición, en esencia física y ajena a otras causas externas, la prevención es posible.

La importancia de la prevención

Como decimos, los tratamientos preventivos para evitar los dientes retenidos, existen. Se trata de tratamientos enfocados en evitar que se produzca el atrapamiento del diente y promuevan la erupción dental adecuada en el momento correcto. Este tipo de tratamientos son de gran importancia y juegan un papel relevante sobre todo en los pacientes más jóvenes que se encuentran en desarrollo y tienen cierta predisposición a padecer esta condición. Del mismo modo que sucede con las muelas del juicio, donde la retención es muy habitual.

Algunas de las opciones de tratamiento preventivo que el campo pone a disposición de los pacientes, son las que vamos a citar a continuación.

En primer lugar la solución pasa por la extracción temprana. En algunos casos, el dentista o un cirujano maxilofacial, puede recomendar la extracción temprana de una pieza dental. Sobre todo si existe un elevado riesgo de que la pieza quede retenida y no emerja de forma natural. Recordamos nuevamente, que es el caso más habitual de las muelas del juicio. Por lo tanto, la extracción se realiza antes de que el diente erupcionen y produzcan las temidas molestias. Esta intervención, previene complicaciones futuras en los pacientes.

Cuando el problema surge por la causa de espacio, se recurre al tratamiento de expansión del paladar. Este tipo de procedimiento, puede ayudar al paciente creando el espacio adicional necesario para que los dientes puedan erupcionar correctamente.

En otros casos, puede ser más apropiado recurrir a los mantenedores de espacio. Este tipo de dispositivos, se utilizan en odontopediatría con la finalidad de preservar el espacio necesario para que se produzca la erupción de la dentición permanente. Previene que se muevan los dientes adyacentes y bloqueen de algún modo la erupción de la pieza permanente.

Realizar radiografías de forma regular es una de las mejores herramientas de prevención y diagnóstico con las que cuentan los profesionales de la odontología, para evitar los dientes retenidos. Realizar radiografías panorámicas permite al odontólogo comprobar y monitorear la posición de los dientes, tomando la decisión más adecuada para prevenir el problema.

Por supuesto, la mejor manera de prevenir este tipo de problema bucodental, no es otra que la de acudir de forma regular al dentista. Es la única persona cualificada para detectar la posibilidad de que un diente quede retenido en la encía y anticiparse a ello. Evaluando la posición de los dientes en el momento de la visita, es posible determinar la posibilidad existente de que los dientes puedan quedar retenidos y proponer los tratamientos de prevención más acordes.

Evidentemente, la higiene oral debe ser más que adecuada en casos de posible retención dental. No solo para prevenir los numerosos problemas asociados a la falta de higienes, también para detectar a tiempo cualquier tipo de anomalía, o ayudar a evitar la formación de posibles obstrucciones que pueden producir la retención de una pieza dental.

Cabe señalar que, en algunos casos en los que la dentición permanente se encuentra en pleno proceso de erupción, es esencial que el odontólogo realice un seguimiento y monitoreo continuo. Observando de cerca la erupción de los dientes es más fácil tomar las medidas oportunas, llegado el caso.

En conclusión, podemos afirmar que la detención temprana y la prevención son dos factores esenciales a la hora de evitar las molestias que puede generar un diente impactado, como pueden ser el dolor y las numerosas complicaciones que a ellos se asocian.

Los dientes retenidos, son un problema dental bastante común que, sin ser grave, puede tener consecuencias negativas para la salud bucal y repercutir en la salud general de los pacientes. Contar con una adecuada comprensión sobre las causas y consecuencias de este problema dental, ayuda a buscar la atención necesaria en el caso de que se presente.

Por lo tanto, sabiendo que se trata de un problema dental muy habitual pero fácilmente detectable y, por ende, tratable, lo mejor es no perderse ni una cita con el odontólogo y estar atentos a cualquier molestia que se origine en el lugar donde debe erupcionar la pieza dental en cuestión. Si bien en la primera dentición el problema no presentará demasiados efectos negativos, en el paso de la dentición de leche a la permanente, las consecuencias pueden ser bastante más relevantes, sobre todo para la mordida y la necesidad posterior de recurrir a largos tratamientos de ortodoncia.

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