Cada año que pasa aumenta el número de jóvenes españoles que acuden al psicopedagogo

En los últimos años, se ha observado un aumento significativo en el número de niños que acuden al psicopedagogo en España. Este fenómeno responde a diversos factores, que van desde la creciente conciencia sobre la importancia de la salud mental y emocional, hasta la presión académica y social que enfrentan los niños en la actualidad. La figura del psicopedagogo, que combina conocimientos de psicología y pedagogía, se ha consolidado como un recurso clave para ayudar a los menores a superar dificultades tanto en el ámbito educativo como personal.

Uno de los factores principales que ha contribuido a este aumento es la mayor visibilidad y comprensión sobre los trastornos de aprendizaje y las dificultades emocionales en la infancia. En décadas anteriores, muchas de estas situaciones pasaban desapercibidas o no se les daba la importancia que merecían. Hoy en día, los padres, profesores y el sistema educativo en general están más informados sobre problemas como la dislexia, el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) o las dificultades emocionales relacionadas con la ansiedad y el estrés. La detección temprana de estos problemas ha llevado a que más niños reciban la ayuda necesaria a través de la intervención psicopedagógica.

Además, el aumento en la demanda de servicios de psicopedagogía también está relacionado con los cambios en el sistema educativo y las crecientes exigencias académicas. Los niños están sometidos a un nivel de presión cada vez mayor para rendir bien en la escuela, lo que puede desencadenar frustración, ansiedad y problemas de autoestima. El psicopedagogo no solo trabaja en la identificación de dificultades específicas de aprendizaje, sino que también ayuda a los niños a desarrollar habilidades emocionales y sociales que les permitan gestionar mejor el estrés y mejorar su rendimiento académico. Esto resulta especialmente importante en un contexto donde el éxito académico está altamente valorado, y donde los problemas de aprendizaje o comportamiento pueden impactar profundamente el bienestar emocional de los niños.

Otro aspecto clave que explica el aumento de niños que acuden al psicopedagogo es el cambio en las dinámicas familiares. Y es que, tal y como nos explica la psicopedagoga Hormigos, del centro psicopedagógico Cristina Hormigos, muchas de las familias que acuden hoy en día se enfrentan a dificultades adicionales, como la conciliación entre la vida laboral y familiar, lo que puede generar tensiones y afectar el bienestar de los niños. Además, los cambios en la estructura familiar, como el aumento de las familias monoparentales o la separación de los padres, pueden generar estrés emocional en los niños. En este contexto, los psicopedagogos desempeñan un papel crucial en la mediación de estos conflictos y en el apoyo al desarrollo emocional y académico de los menores.

La pandemia de COVID-19 ha sido otro catalizador importante en este aumento. Durante el confinamiento, muchos niños experimentaron alteraciones en su rutina diaria, aislamiento social y una interrupción en su aprendizaje, lo que exacerbó problemas emocionales y académicos. El regreso a la normalidad ha supuesto un reto adicional para muchos menores, que han tenido dificultades para readaptarse a las dinámicas escolares y sociales. Los psicopedagogos han sido fundamentales en este proceso, ayudando a los niños a gestionar la ansiedad, el miedo y las dificultades de aprendizaje que surgieron durante la pandemia.

Es importante destacar que el acceso a los servicios psicopedagógicos aún presenta retos en España. En algunos casos, las listas de espera para acceder a estos profesionales a través del sistema público son largas, lo que obliga a muchas familias a recurrir a servicios privados. Esto plantea una cuestión de desigualdad, ya que no todas las familias pueden permitirse el coste de estos servicios. A pesar de esto, la demanda de atención psicopedagógica sigue en aumento, lo que subraya la necesidad de una mayor inversión en recursos para atender a esta creciente población.

¿Cuáles son las principales dificultades a las que se enfrentan los más pequeños?

Los niños pequeños enfrentan diversas dificultades que abarcan aspectos emocionales, sociales, cognitivos y físicos. Entre las principales dificultades se encuentran las siguientes:

  • Problemas emocionales y de regulación del comportamiento: muchos niños experimentan dificultades para gestionar sus emociones, lo que puede manifestarse como frustración, ansiedad, rabietas o agresividad. El manejo del estrés y la adaptación a situaciones nuevas también son retos frecuentes, especialmente en entornos como la escuela o situaciones familiares cambiantes.
  • Dificultades de aprendizaje: problemas como la dislexia, el TDAH y la discalculia afectan la capacidad de los niños para aprender de manera convencional. Estos trastornos pueden generar frustración, baja autoestima y un rendimiento académico inferior al esperado.
  • Presiones sociales y académicas: a medida que los niños crecen, enfrentan mayores expectativas sociales y académicas. La necesidad de encajar con sus compañeros o cumplir con las expectativas de los padres y maestros puede ser una fuente de estrés. La competencia en la escuela y las comparaciones constantes también pueden generar inseguridades.
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