Terminamos octubre, y aunque aún falte un poco más para la entrada del invierno, lo cierto es que ya se nota el frío ¡sobre todo en las zonas más altas de España! Aunque a muchos nos encante esta época, lo cierto es que viene sin avisar; de un día a otro ya hace un frío que pela, el ventilador ya no te sirve y los pantalones cortos te hacen pelarte. Es precisamente este cambio brusco de temperaturas el principal causante de algo que nos preocupa a todos: los resfriados.
Puede ser un poco inevitable coger un resfriado ¡lo sabemos! Sobre todo, cuando tú eres el que se cuida, pero hay otros que no, y se pasean por centros comerciales y calles sin mascarilla ni protección contagiando a los demás sin saberlo.
Aun así, hay remedios que podemos usar y que siguen funcionando desde hace muchos años. Uno de ellos, es la miel, la cual es verdaderamente milagrosa (y polivalente). Conozcamos a continuación sus principales beneficios, y entendamos la razón por la que es nuestra aliada principal contra esta época de frío que nos acecha.
Un remedio casero que se remonta a muchos años atrás.
La miel tiene ese toque especial de “remedio casero” porque ha sido fácil de conseguir y conocida en los hogares desde tiempos muy antiguos. Antes de que existieran las farmacias o la medicina moderna, las familias recurrían a los recursos naturales que tenían a mano, y la miel, además de ser deliciosa, se convirtió en un pilar medicinal en muchas culturas.
Las primeras evidencias de la recolección de miel se remontan a unos 8.000 años en pinturas rupestres de la Cueva de la Araña en Valencia, España, donde se puede ver a un hombre recolectando miel de un panal. Esto muestra cómo ya desde tiempos prehistóricos, la miel era valorada y recogida activamente.
Más adelante, en Egipto, la miel ya era un símbolo de abundancia y salud, y de hecho era tan valiosa que incluso se usaba como ofrenda para los dioses y como tributo a los faraones. Pero sin duda, su uso más famoso en Egipto fue en la medicina: se aplicaba en heridas para prevenir infecciones y para acelerar la cicatrización. Por otro lado, los griegos y romanos, que desarrollaron buena parte de la medicina antigua, también consideraban a la miel un remedio fundamental. Sin ir más lejos, Hipócrates, conocido como el “padre de la medicina”, la recomendaba para aliviar fiebres, heridas y dolor de garganta.
Con el tiempo, la miel ganó aún más fama porque se convirtió en un recurso fácil de conseguir que no necesitaba preparación ni conservantes. En épocas donde la medicina no estaba al alcance de todos, la miel representaba un remedio que cualquiera podía usar en casa para problemas como resfriados, digestión o problemas de piel. Esto fue especialmente importante en las zonas rurales, donde las familias la usaban como una medicina “todo en uno”, y las recetas caseras a base de miel comenzaron a transmitirse de generación en generación.
¿Cómo afecta el consumo de miel a nuestro organismo?
El consumo de miel puede tener varios efectos beneficiosos para nuestro organismo, gracias a sus propiedades nutricionales y medicinales.
Entre ellos, destacamos los siguientes efectos:
- Fuente de energía rápida.
Así es: la miel puede darnos un subidón importante, ya que contiene azúcares simples como la fructosa y la glucosa, que son fácilmente absorbidos por el cuerpo, dándole a quien la toma un para un impulso de energía inmediato.
- Propiedades antimicrobianas.
La miel tiene propiedades antibacterianas y antifúngicas. Esto se debe, en parte, a su bajo contenido de agua y a su acidez, que limitan el crecimiento de bacterias y hongos. Estas propiedades hacen que la miel sea eficaz en la cura de heridas, quemaduras y otras infecciones menores cuando se aplica tópicamente.
- Alivio para la garganta y la tos.
Su textura viscosa crea una capa protectora que alivia la irritación, mientras que sus propiedades antimicrobianas ayudan a combatir las infecciones. Muchos médicos incluso recomiendan la miel como alternativa natural a los jarabes para la tos.
- Mejora la digestión.
La miel también puede ayudar a mejorar la salud digestiva al actuar como un prebiótico capaz de fomentar el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino. Es un remedio casero altamente recomendado para personas que sufren trastornos o problemas digestivos como es el síndrome del intestino irritable.
- Mejora del sueño.
Algunos estudios sugieren que la miel puede ayudar a mejorar la calidad del sueño; consumir una pequeña cantidad antes de acostarse puede facilitar la liberación de melatonina en el cerebro, ayudando a regular el ciclo del sueño.
Tipos de mieles principales y propiedades.
Conocer los diferentes tipos de miel que existen y sus propiedades puede ayudarte a elegir la mejor opción para ti:
- Miel de flores (Miel multi floral).
Proviene del néctar de diversas flores. Siguiendo las explicaciones de Legumbres Astorga podemos observar que este tipo de miel tiene un sabor suave y agradable, sobre todo dependiendo de la época del año y la región.
Es rica en antioxidantes, por lo que nos ayuda a combatir el estrés oxidativo, y además, tiene propiedades antiinflamatorias, convirtiéndola en la opción ideal para reforzar el sistema inmunológico.
- Miel de azahar.
Elaborada a partir del néctar de flores de naranjo, presenta un sabor suave y ligeramente cítrico, con un aroma floral distintivo. Es conocida por sus efectos relajantes y puede ayudar a combatir la ansiedad y mejorar la calidad del sueño.
- Miel de romero.
Proviene de las flores de la planta de romero, y tiene un sabor más intenso y herbal. Esta miel tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, y además se utiliza para mejorar la digestión y aliviar los problemas respiratorios.
- Miel de tomillo.
Hecha a partir del néctar de las flores de tomillo, ofrece un sabor fuerte y muy característico.
Es altamente reconocida por sus propiedades antimicrobianas, ya que se utiliza a menudo para aliviar problemas respiratorios y fortalecer el sistema inmunológico. Los caramelos de miel de tomillo son muy demandados, y se recomienda su consumo a personas que se estén quitando de fumar, fumadores pasivos o personas con afecciones de los pulmones.
- Miel de eucalipto.
Derivada de las flores del eucalipto, tiene un sabor fuerte y característico, a menudo con un toque mentolado. Es muy valorada por sus propiedades expectorantes y su uso se aconseja sobre todo para aliviar problemas respiratorios y tos, aunque también tiene efectos antiinflamatorios.
- Miel de alforfón.
Proviene de la planta de alforfón y es más oscura y tiene un sabor fuerte y robusto. Es rica en antioxidantes y se considera muy útil para combatir la anemia y fortalecer el sistema inmunológico.
Curar un resfriado con tomas de miel: formas de hacerlo y beneficios.
Como ya hemos mencionado, la miel es un remedio natural eficaz para curar y aliviar los síntomas de un resfriado. Si quieres saber cómo mezclarla, qué tomas debes realizar y en qué momentos del día, toma nota de lo siguiente:
- Miel con agua caliente y limón.
¡Es el remedio más conocido de los abuelos! Echa una cucharada de miel en una taza de agua caliente y añade el zumo de medio limón. Tómalo de 2 a 3 veces al día y notarás como tu garganta deja de estar irritada y tu tos desaparece. Además, también te aportará vitamina C que fortalece el sistema inmunológico ¡es un tres en uno!
- Miel con jengibre.
El jengibre es un alimento polivalente, ya que no solo sirve para desinflamar nuestro organismo cuando nos encontramos pasando por la menstruación u otras afecciones; también nos cuida del resfriado. Así que ya sabes: prepara una infusión con trozos de jengibre fresco en agua hirviendo, cuélala y añade una o dos cucharadas de miel. Puedes consumirla 2 veces al día.
- Miel y canela.
¡La canela también ofrece múltiples beneficios en la lucha contra el resfriado! Además, aporta muy buen olor y esencia a cualquier infusión o bebida caliente. Esta bebida presenta propiedades que refuerzan el sistema inmunológico, y podemos consumirla mezclando una cucharadita de miel con una pizca de canela en polvo.
- Miel con vinagre de manzana.
Seguro que el vinagre de manzana te suena de haberlo oído como opción predilecta para dietas saludables y demás; pues ahora también podrás mezclarlo con miel para curar tu resfriado. Este vinagre tiene propiedades antimicrobianas, así que, si lo mezclas con miel en un vaso de agua, podrás disfrutar de una bebida completamente saludable una vez al día para tratar tu resfriado.
- Miel en batidos o yogur.
Por último, el consumo de miel no se limita sólo a la mezcla con líquidos; también puedes mezclarlo con yogures o batidos más espesos y consumirlo 1 o 2 veces al día. Recuerda que la miel te aportará muchos nutrientes. Por si fuera poco, si estás a dieta, mezclándola con el yogur (que además es saciante) encontrarás que será más fácil de digerir.