En este artículo queremos hablar sobre la compra de planta de vid y la forma en la que queremos encontrar planta de vid con garantías, la cual se ajuste a las necesidades del viticultor no es tarea sencilla.
Algo importante que debemos valorar es que el viticultor debe conocer el número de majuelos que se precisan para la campaña próxima, que será la que resulte de sumar los que se deban a las marras anuales y los de replantar las parcelas arrancadas, siendo en estas fechas cuando es necesario que entre en comunicación con los diferentes viveros para la consulta sobre las diversas existencias a la hora de que se realicen los encargos necesarios, donde con unos meses por medio, cualquier clase de improviso que aparezca va a ser más sencillo de solventar.
A este respecto, hay viticultores que han establecido algunos tipos de acuerdos de forma estable con viveristas, los cuáles año tras año lo que hacen es entregar los sarmientos donde se van a elegir las viñas o en la propia zona.
La mejor forma de comprobar los viveros se hace in situ
A pesar de ello, visitar las instalaciones de los viveros, casi de estas fechas, vale para la comprobación in situ el aspecto de las plantas que van a ser entregadas y así poder intercambiar opiniones, lo que será de un gran provecho para las dos partes.
La actividad se ralentiza y será la propia de dicho periodo, lo que va a ser perfecto a la hora de pensar sobre la marcha del negocio, tanto en la campaña que finalice como en las que hubo anteriormente, todo ello hacia una viabilidad que haga posible el emprendimiento de acciones nuevas o a la hora de invertir, todo siempre con el punto de vista de una mejora en la gestión y en los resultados de cara al futuro.
Los viticultores no tienen que optar por la resignación cuando únicamente se resinen a la plantación únicamente se depende de las propias existencias que hay en los viveros.
Los que son profesionales, conforme renuevan las parcelas, tienen que tener bien claro la clase de viticultura que mejor les conviene y sus variedades. Es necesario que conozca bien las viñas y las demás combinaciones más idóneas para cada uno de los rincones.
Pensándolo bien, como antes se ha dicho, es necesario dar con el mejor momento en el que el viticultor llegue a contactar con los viveristas de tal forma que encuentre aquellos que tengan el material vegetal que precise.
Los viticultores no se tienen que resignar a plantar solo dependiendo de las existencias de los viveros. Deberá de aceptar únicamente cuando haya una coincidencia del 100% entre lo que él desea y lo que oferta el mercado.
Cuando no sea así, será necesario buscar opciones. En este sentido puede valer el comprar a los viveristas solo la parte del material vegetal que pueda coincidir con lo que él precise.
En lo que le pueda faltar, una de las mejores soluciones puede estribar en la plantación de los bravos que mejore se acomoden a cada una de las parcelas para que cuando le valgan, algo que puede suceder cuando pasen uno o dos años.
En algunas regiones como en Galicia, cada vez se ven menos injertadores, que recurren en ocasiones a trabajadores de la vecina Portugal.
Se cree, en especial por el rango de viticultores de menor edad, que la planta de bravos y los injertos después es un gran retraso en materia de tiempo y no es verdad. Pensemos, que si que se deben dar una par de condiciones.
Una deberá ser que el terreno se acondiciones, lo mismo de bien que cuando plantamos vid injertada. Otra será que el injerto va a tener una serie de fallos reducido, para lo que va a tener que ver el año y la pericia de los injertadores.
Aunque se pueda esperar un par de años para el injerto en el campo, el patrón lo que hace es desarrollar su sistema de tipo radicular en el suelo. En el caso de que el injerto salga bien, la pérdida de tiempo no va a existir.
Todo ello no es obstáculo para el reconocimiento de que cuando hablemos de plantaciones de importantes superficies y con la escasez existente que hay de profesionales, el injerto en el campo va a ser cada vez más complicado tan importante en materia de viabilidad.
Otra de las mejores salidas que puede haber para los profesores del sector que quieran optar por el envío de las variedades que se precisen, necesitarán a un vivero de tal forma que se pueda producir el necesario injerto, lo que puede hacer que llegue a retrasarse hasta un año.
Al contar con una esmerada preparación del terreno, al que le seguirá una buena atención continua al suelo mientras que se está esperando, podrá tener más éxito en la plantación, lo que compensará parcialmente las demoras.
A no ser que sean situaciones de fuerza mayor, no se debe esperar al último segundo para realizar la adquisición de la planta. Si se quiere comprometer la viabilidad de una viña acudiendo a cualquier feria para el regateo de cara a obtener los desechos que puedan quedar no caracteriza a un profesional de calidad que se precie.
Preparar a fondo el terreno
Elegir una buena variedad y portinjerto, así como los diseños mejores para cada terroir son fundamentales para que vaya bien un conjunto de plantas leñosas tienen que estar muchos años en el mismo sitio.
Pensemos en que hay que estudiar perfectamente los diseños geométricas de las plantaciones nuevas de tal forma que cometamos la menor cantidad de errores, ya más adelante será complicado su arreglo.
La vid, tres características de todo buen vino
Pensemos que la vid es el punto del que se parte antes de poder disfrutar del vino. Para ello hay que conocer las variedades, de donde procede, el suelo, clima y la técnica vinificadora existente, las cuáles van a determinar un vino de calidad.
Vamos con las claves:
Conocer la clase de uva
Antes de que se produzca la cata, es necesario que se conozca la clase de uva para elaborar el vino lo que hace es darle al consumidor lo que necesita sobre el sabor y el carácter del vino a tomar.
Conocer la procedencia de la uva
Además, saber la procedencia de la uva, como nos dicen los expertos de Plantvid.com, ello nos pude dar pistas sobre el vino. La misma variedad de la uva puede llegar a producir una serie de diferencias importantes dependiendo del sitio del que provenga.
Pensemos que el suelo, clima y las diferentes técnicas en materia de vinificación, con la variedad dela uva terminan siendo claves en el vino final.
Conociendo el origen de la cepa
Las uvas lo que hacen es agruparse en sus racimos. No olvidemos que en el pasado la vid era una planta de origen silvestre que lo que hacía es ir trepando sobre los árboles y ahora el viticultor lo que hace es elegir cepas en concreto dependiendo del suelo y las condiciones de cultivo.
Pese a que hay muchas clases de uvas con las que se puede hacer vino, hay algunas que las han seleccionado los viticultores debido a sus características en concreto y las mejores producen los vinos de mayor fama en el mundo.
Las cepas que son más famosas son las procedentes de Europa, las denominadas cepas o variedades clásicas.
En países como Francia, la región vitícola lo que hace es regular la utilización de variedades, al igual que pasa en España e Italia, pese a que hay casos donde se han llegar a introducir variedades francesas de cara a que se completen las cepas locales, como sucede con el Cavernet en la Toscana o el Chardonnay en Cataluña.
En el caso de los viticultores americanos lo que han hecho ha sido plantar enormes extensiones en terrenos que tienen cepas clásicas europeas, pero como se ve, el vino al final es posible que difiera bastante en sabor, ya que factores como la insolación, clima, suelo y demás elementos de un concreto viñedo amen de la técnica de vinificación que se use después van a influir en el producto final.
Las variedad clásicas no solo se encargan de producir vino bueno, pues hay bastantes vinos no podemos decir que sean clásicos originales y que sin embargo son de calidad.
Ahora, buena parte de la producción en todo el mundo es la procedente de cepas ni clásicas que son cultivadas por la tradición, rendimiento o adaptación a la climatología y suelo local.
Buena parte de la uva que se cultiva es la que proviene de las Vitis vinífera, que es la natural de Asia y la Europa Mediterránea. En reducidas cantidades se producen en América y Asía la Vitis labrusca, que procede de Estados Unidos y Canadá.
Esperamos que todo esto que te hemos contado sea de utilidad a la hora de encarar la compra de una planta de vid, pues no siempre es fácil, especialmente si estás entrando desde hace poco tiempo en el mercado, pues son muchas las cosas que son necesarias tener en cuenta de cara a una buena elección.