Se denomina recesión de las encías a la pérdida o desgaste del tejido gingival que rodea los dientes en la línea de las encías de la boca, de tal forma que parte de la corona de una pieza dental o de su raíz queda expuesta y por tanto al descubierto, lo que ocasiona en la gran mayoría de los casos un aumento de la sensibilidad dental.
La recesión de las encías es una de las patologías y consultas más comunes en una clínica dental, estimándose que afecta a un 50 % de la población con edades comprendidas entre los 18 y los 65 años, y no solo por su aspecto estético sino también porque afecta directamente a la salud de nuestros dientes.
Son múltiples y variados los factores que se suelen señalar como causantes o provocadores de la retracción de las encías, así entre estos los más comúnmente aceptados son los siguientes:
- Cepillado dental muy agresivo. La utilización de cepillos dentales muy duros, el empleo de una fuerza excesiva o un cepillado de forma incorrecta puede causar que el tejido que rodea el diente se destruya gradualmente provocando su recesión, por lo que se hace necesario realizar un cepillado dental de forma correcta y con el cepillo adecuado.
- Enfermedades periodontales. Es una de las principales causas de recesión de las encías. Las infecciones de origen bacteriano como la gingivitis o la periodontitis son motivo de alarma para la salud dental de una persona, ya que la acumulación de bacterias ocasiona que las encías se hagan más pequeñas formando bolsas que pueden llegar a infectarse, dañando no solo a las encías sino al hueso que sostiene el diente y que lo mantiene en su lugar, provocando que el diente se afloje y se suelte, y con ello se produzca la tan temida perdida de piezas dentales.
- Mala higiene bucal. La falta del hábito de un buen cepillado después de cada comida favorece la aparición de la placa bacteriana, la cual se acumula, se endurece y puede llegar a convertirse en un depósito duro conocido como sarro, que solamente puede eliminarse mediante una limpieza dental profesional. En este sentido, si vosotros sufrís de este problema, nosotros os recomendamos que os pongáis en manos del doctor Lázaro Caravaca Bongiovani, especialista en odontología general, estética, periodoncia-microbiologia oral y preventiva de la clínica dental Clínica dental Mesiodens, quien te marcará las pautas para una correcta higiene bucal, a la vez que analiza, estudia y asesora a cada uno de sus pacientes, de forma individual y personal para encontrar el mejor tratamiento para cada necesidad personal.
- Genética. Hay estudios que demuestran que algunas personas pueden tener una cierta predisposición a padecer las enfermedades de las encías.
- La edad. La presencia y recesión de las encías aumenta con la edad, por lo que está directamente relacionada con el envejecimiento.
- Traumatismo y/o la colocación de piercings. Un fuerte golpe o un rozamiento continuo de las encías, puede llegar a irritarlas, inflamarlas y provocar que esta se desgaste y se retraiga.
- Dientes torcidos, una mordida desalineada o el bruxismo. Pueden provocar que se ejerza demasiada fuerza o presión sobre las encías provocando que estas se retraigan.
Los principales síntomas que ocasiona la retracción de las encías son:
- Hipersensibilidad al frio o al calor. Cuando el diente pierde su cubierta protectora de esmalte permite que el calor o el frio de los alimentos lleguen a los nervios del interior del diente.
- Aparición de caries en la raíz del diente.
- Pérdida progresiva de la encía y del hueso, por lo que en algunos casos puede conllevar la pérdida del diente.
El mejor tratamiento contra la recesión de encías es la prevención, pero si a pesar de ello nuestras encías sufren una importante retracción es importante conocer que no se pueden regenerar por sí mismas, por lo que el especialista nos aconsejará el mejor tratamiento posible que pueden variar entre reducción de bolsas, raspado y alisado radicular, estiramiento de la encía, injerto de tejido blando, etc.
La sensibilidad dental
Se trata de un dolor breve pero tan intenso que nos paraliza durante unos segundos y que se produce por un contraste térmico provocado por la ingesta de una bebida o comida muy fría o caliente o al ingerir sustancias demasiado dulces o ácidas.
El tratamiento dependerá de la causa que haya originado la sensibilidad y puede variar entre:
- Una pasta de dientes desensibilizante, que bloquee la sensación del nervio.
- Un injerto quirúrgico en la encía.
- Utilización de un gel de fluoruro.
- Colocación de una corona.