Muchos chefs optan los pescados más humildes para preparar platos sabrosos y saludables.
Se recomienda comer 3 o 4 raciones de pescado azul a la semana, porque aporta ácidos grasos omega 3, proteínas y vitamina D.
Además, protege el corazón, mejora los niveles de azúcar en sangre y reduce la hipertensión arterial.
«Anchoa (o boquerón), caballa, sardina y arenque son los mejores pescados para cuidar el corazón, según la Harvard Medical School. Estos pescados son excelentes fuentes de proteínas, micronutrientes como hierro, zinc y vitamina B 12 y ácidos grasos omega-3 cardiosaludables», informan desde 20 Minutos.
Te aconsejamos la caballa porque es un pescado azul humilde y lleno de virtudes.
La caballa también conocida como sarda, verdel, verta, macarela, scomber scombrus o caballa del Atlántico.
Es un pescado azul de la familia de los escómbridos, de cuerpo alargado y robusto. Suele vivir a unos 250 metros de profundidad, y solo sube a la superficie para cazar.
Los meses de su temporada de pesca son febrero, marzo, abril y mayo. Al tener menor tamaño, acumula muchos menos metales pesados que otros pescados más grandes.
Su hábitat natural es el océano Atlántico, el mar Mediterráneo y el mar Negro. De joven, su alimentación consiste en zooplancton y desperdicios cercanos a las costas.
En su edad adulta, sale a buscar crustáceos, moluscos, sardinas, boquerones y arenques. Los expertos explican que la caballa puede vivir hasta nueve años.
Muchas personas confunden la caballa con otros pescados similares como el verdel o estornino. Y eso que tiene el dorso de un color más claro, pero las características nutricionales de ambas especies son muy similares.
La Organización de Consumidores y Usuarios aconseja conservar este pescado «en el frigorífico, a una temperatura de entre 0 y 4 ºC, durante 1 o 2 días».
Si quieres congelar un pescado, te aconsejamos que preguntes a tu pescadero si este ha sido congelado previamente, porque no puedes congelarlo de nuevo.
Los productos de pescado son altamente susceptibles a la contaminación si se rompe la cadena de frío.
Solo hay dos maneras correctas de descongelar: en la nevera, o en el microondas. Si optas por la primera, debes sacar el pescado del congelador, colocarlo en la balda baja del frigorífico y dejar que se descongele lentamente.
Si lo descongelas en el microondas, lo mejor es optar por una baja potencia, sacando el pescado y girándolo.
Pero no es aconsejable sacar el pescado del congelador y dejarlo a temperatura ambiente, porque de esta forma pierde agua y el producto se puede contaminar por bacterias.
Para conservar la caballa en el frigorífico, lo mejor es hacerlo en uno de los estantes inferiores. No es cierto que el pescado congelado tiene menos nutrientes, ya que si se respeta la cadena de frío, es un pescado de calidad.
100 gramos de caballa aporta el 35% de las ingestas diarias recomendadas de fósforo, un mineral esencial para el metabolismo.
Este producto tiene un importante contenido de ácidos grasos insaturados entre los que destacan los omega-3 (EPA y DHA).
Este tipo de grasas son necesarias para mantener una buena salud cardiovascular y mantener a raya los niveles de colesterol. Además, aporta selenio (39 mcg), yodo (51 mcg), fósforo (244 gr) y potasio (386 mg).
La caballa ofrece vitamina B12, necesaria para la formación de glóbulos rojos. También es rica en vitamina D, que interviene en el metabolismo del calcio y contribuye a mantener el sistema inmune en condiciones normales.
Desde Extrainvest Magazin, especializados en ofrecer pescados de alta calidad, nos cuentan algunas razones para incluir este pescado en la dieta:
-Aporta proteínas de calidad y de alto valor biológico.
-Es rico en Omega 3, por lo contribuye a prevenir enfermedades cardiovasculares.
-Este pescado es una buena fuente de vitamina D.
-Ofrece potasio, fósforo, magnesio y yodo.
-La caballa resulta mucho más económica que otros pescados.
-Es un pescado delicioso y nos permite infinidad de preparaciones en la cocina.
La caballa puedes presentarla al horno, a la plancha, en albóndigas o en filetes empanados. En el supermercado encontrarás las conservas de caballa en aceite, pero escoge las que tienen contenido reducido en sal.
Te recomendamos hacerla con tomate, ya que es una receta sencilla y económica. Solo necesitas una rebanada de pan, tomate natural triturado y una lata de conserva de caballa. ¡Es una receta muy saludable!
Seguimos con recetas económicas, ya que
los precios han subido mucho y es aconsejable cocinar barato. Te encantará degustar este pescado a la parrilla y al horno, con verduras y patatas.
Coloca las caballas abiertas en una bandeja de horno con la piel hacia abajo. Por encima puedes añadir una mezcla de ajo, perejil y aceite. ¡Delicioso!