Las diferencias entre jamón ibérico de bellota o cebo existen y vamos a descubrirlas, pues como nos comentan desde Iberjagus.com, existen bastantes diferencias. La primera está entre la alimentación que recibe el cerdo ibérico en su momento de crianza.
No olvidemos que el jamón ibérico de bellota viene del cerdo que se ha alimentado de él en la crianza. El jamón ibérico de bellota proviene de cerdos que se han alimentado con hierbas y bellotas en la montanera hasta la matanza, mientras que en los de cebo se alimenta de pienso, cereales y leguminosas.
El jamón ibérico de bellota proviene de cerdos que han podido vivir en la dehesa alimentándose de manera natural, mientras que en el caso de los cerdos de los que proviene el jamón ibérico de cebo, no.
¿De qué forma se puedan apreciar las diferencia a la hora de comprarlos?
Lo primero que hay que saber es que existen ciertos rasgos en las patas de jamón ibéricos que pueden darnos unas útiles pistas para saber si hablamos de jamón ibérico de bellota o de cebo. Las patas de bellota son algo más alargadas, puesto que el cerdo ibérico puro tiene un esqueleto algo más fino y unas patas ligeramente más alargadas.
Debemos saber que la pezuña puede darnos también unas pistas, en las patas de bellota, lo que ocurra es que la pezuña está bastante más desgastada, porque camina y mucho en la dehesa.
Hay que tener en cuenta la forma, el color o la grasa del jamón antes de que se abra, dándonos información además sobre lo que adquirimos. No olvidemos que la textura de la grasa del jamón de bellota es de mayor suavidad y con solo tocar un dedo veremos cómo se hunde de forma leve. Por otra parte, si el jamón que examinamos es de un dorado de mayor intensidad, puede ser que se haya alimentado el cerdo con bellota a lo largo de su vida.
El precio de este jamón entre uno y otro es otra de las diferencias más importantes. El de bellota 100% ibérico es bastante más caro que si vamos al jamón de cebo, puesto que las características de un animal sobre otro son distintas y precisan de un mayor cuidado y trabajo. No olvidemos que lo que es la calidad que tiene la carne es bastante superior en el caso del de bellota, por lo que sube el precio, es evidente.
Diferencias de sabor cuando se come
Son diferencias bastante evidentes, pues en el caso del de bellota, tanto la propia alimentación como del ejercicio que hacen en sus paseos en las dehesas ayudan a que se infiltre la grasa en la carne, por lo que cuando se corta es posible ver unas vetas que tienen grasa que lo que hacen es dar ese plus de suavidad y de sabor.
Añadimos que también las propias características a nivel organoléptico que tiene el jamón ibérico de bellota son distintas, puesto que la famosa grasa que tiene este jamón viene de bellota que tienen una serie de características distintas a las del propio aceite de oliva.
Lo principal es que el jamón ibérico de bellota y el de cebo son unas opciones que merece la pena tenerlas en cuenta y donde solo lo que necesitemos en un momento dado pueden ser las que marquen las verdaderas diferencias.
En los dos casos, lo bueno es que su procedencia es del cerdo ibérico, por lo que seguro nos podemos asegurar un jamón de elevada calidad y que tiene un sabor realmente delicioso.
Las diferencias de precio suelen ser evidentes, pero es que tampoco es lo mismo todo el gasto que se hace en uno que en otro. Los dos tipos se cuidan con mucho mimo, pero uno necesita ese trato “extra” para que luego los resultados se vean.
Los amantes del jamón, siempre que sea proveniente de buen cerdo ibérico están de enhorabuena, pues en nuestro país tenemos la suerte de contar con unos magníficos animales que toman productos de la tierra y llevan una vida dedicada a encontrarse en las mejores condiciones, fruto de ello luego se puede probar ese sabor delicioso que solo el jamón ibérico español da.
Todos sabemos la envidia que muchos países tienen a nuestro jamón por su sabor, algo a lo que por ejemplo en Italia no llegan con su “Prosciutto”. Todos recordaremos al mítico ex entrenador de Real Madrid o Milán, Fabio Capello, que cuando volvió a Italia, no dudaba en reconocer, que hacía pedidos de jamón ibérico, lo que habla bien a las claras de la riqueza de su sabor.