Una de las cosas que solemos poner en valor cuando nos preguntamos si somos felices o no es si disponemos, en el lugar en el que vivimos, de una oferta de ocio que realmente satisfaga nuestras necesidades. La valoración que hagamos de esto realmente variará en función de las pretensiones que tenga cada uno. Si somos deportistas y hay un polideportivo cerca de ese lugar en el que residimos, tendremos muchas más opciones de ser felices. Si no es así, estaremos un poquito peor. El ocio siempre es importante y hay que cuidarlo. No nos vamos a arrepentir de hacerlo, os lo aseguramos.
Sin embargo, sí que es cierto que el ocio, a veces, trae problemas en muchos lugares. La situación que os vamos a describir a continuación seguro que os suena de algo: un bar que suele abrir durante muchas horas al día y que está situado en la parte inferior de una comunidad de vecinos seguramente tenga alguna especie de disputa abierta con los propietarios de dichos domicilios. Y la verdad es que esa no es una buena manera de trabajar, mirándolo desde el punto de vista de los regidores de ese bar, como les gustaría.
En una noticia que fue publicada en la página web del diario El Mundo se recogían unas declaraciones que hacía una persona integrante de la Asociación de Ocio de Ibiza y en las cuales apuntaba que todos los problemas que tenía la isla se achacaban a todo lo que está relacionado con esta actividad. Ni que decir tiene que todo lo que tiene que ver con bares y su impacto en las viviendas (sobre todo a causa del ruido) es algo que se vive con especial inquietud en un lugar así porque forma parte de su día a día.
En una situación como esa, lo cierto es que la tensión siempre suele estar a flor de piel. Y no es para menos. Por una parte, unos quieren defender su negocio, que no es otra cosa que la manera que tienen de ganarse la vida. Por otro lado, hay personas que defienden la calidad de vida de la que disponen, una cuestión que no es poca cosa tampoco. Como veis, cada cual tiene sus intereses y es muy complicado que exista un acuerdo que deje a las dos partes contentas. ¿Qué se puede llevar a cabo en este sentido para conseguir una especie de «alto el fuego»? Esa es la gran pregunta que rodea a este asunto.
Las tensiones existentes entre los bares y las viviendas que se encuentran cerca de ellos son muy habituales en España y prácticamente es inevitable la aparición de conflictos entre las dos partes. La resolución de problemas, en ese sentido, pasa por el hecho de que haya una entidad intermedia que se encargue del arbitraje en el conflicto. Los profesionales de Bufete Albanés nos han comentado que cada día son más los procesos de este tipo en los que forman parte y que, a día de hoy, este arbitraje es la mejor manera de garantizar una correcta convivencia entre los negocios hosteleros y las viviendas que se encuentran cerca de ellos.
La relación es mucho más cordial una vez que se ha establecido un arbitraje
Los resultados de procesos como de los que estamos hablando son bastante positivos en casi todos los sentidos. Y es que, cuando se instaura ese arbitraje del que venimos hablando, la relación entre las dos partes siempre mejora. No queremos decir con esto que exista una complicidad entre el negocio y los vecinos que viven cerca de él, sino que, por lo menos, deja de haber problemas o la cantidad de los mismos se reduce de una manera considerable.
La importancia de lo que os acabamos de comentar es tremenda y tanto los vecinos como los propietarios de las viviendas, en muchas ocasiones, lo pueden confirmar. Hay que apostar por la resolución dialogada de conflictos porque es hablando y mediando como se entiende a la gente y se defienden sus intereses. Y la verdad es que la presencia de un abogado o un especialista en derecho contribuye de una manera muy interesante a resolver este tipo de entuertos o, por lo menos, a que no vayan a más.
Ni que decir tiene que va a seguir habiendo problemas de este tipo en un país como el nuestro, que no olvidemos que es uno de los que más bares tiene en todo el mundo. Es inevitable. Pero ahora sabemos que tenemos las mejores herramientas para intentar solucionar cualquier mínimo problema que se pueda generar. Lo importante es que todo el mundo salga ganando y que se alcancen los mejores acuerdos posibles para fomentar la convivencia de empresas y personas. Y es que, cuando se trabaja en sintonía y hay respeto por todas las partes, los conflictos bajan en intensidad.